El verano pasado, Ucrania hizo una una gran apuesta al lanzar una audaz ofensiva en suelo ruso, la primera invasión a Rusia desde la Segunda Guerra Mundial. Aquella incursión en la región de Kursk dejó atónito al gobierno ruso y supuso una inyección de moral muy necesaria para los ucranianos, pero tras meses de encarnizados combates, Rusia ha recuperado casi todo el territorio perdido.
Mientras se intensifican los esfuerzos para alcanzar un acuerdo de paz entre Kiev y Moscú, Ucrania parece volver a apostar por una incursión a pequeña escala en Rusia. En los últimos días, el ejército ucraniano ha protagonizado una nueva operación transfronteriza en la región de Belgorod, según funcionarios ucranianos, analistas de inteligencia de fuentes abiertas y blogueros militares rusos.
Aunque el alcance de la ofensiva ucraniana en Belgorod no estaba claro y las intenciones de Ucrania tampoco, los analistas militares dijeron que posiblemente se trataba de un esfuerzo para sacar a las fuerzas rusas de Kursk con el fin de aliviar la presión en esa zona. Es posible que Kiev también espere que la conquista de otra porción de territorio ruso le proporcione una mayor influencia diplomática, según dijeron los analistas.
Pero Moscú no se ha mostrado dispuesto a hacer concesiones reales mientras los soldados ucranianos permanezcan en territorio ruso, y la nueva ofensiva de Kiev conlleva riesgos evidentes porque los efectivos permanecen desplegados en la vasta línea del frente.
La incursión parece tener un alcance mucho más limitado que la operación de Kursk y, de momento, solo ha asegurado una delgada franja de territorio al otro lado de la frontera, afirman analistas militares, citando videos de la batalla que han verificado. No está claro cuántos soldados participaron ni el alcance de la respuesta rusa.
Ucrania no ha reconocido públicamente haber ejecutado un nuevo ataque en suelo ruso. Pero tres funcionarios militares y gubernamentales ucranianos confirmaron que continuaba una operación en la región de Belgorod, al sur de Rusia, cerca del territorio que Ucrania capturó en la vecina región de Kursk el verano pasado. Los funcionarios hablaron con la condición de mantener su anonimato para poder hablar de una operación confidencial.
Rusia no ha dicho nada públicamente sobre ninguna incursión en Belgorod. El ministerio de Defensa no respondió a una solicitud de comentarios.
Vyacheslav Gladkov, gobernador de la región de Belgorod, dijo el viernes en un mensaje de Telegram que algunas zonas de la región eran actualmente inseguras, citando ataques con drones y artillería, pero no mencionó a los soldados ucranianos que cruzaban la frontera.
Andriy Kovalenko, un alto funcionario del gobierno ucraniano cuyas funciones se centran en las operaciones de desinformación rusas, se negó a decir si se había producido una incursión transfronteriza.
Sin embargo, Kovalenko dijo que continuaban los combates para proteger a Ucrania de un ataque ruso y que eso incluía “la destrucción de concentraciones enemigas en el territorio de la región de Belgorod, porque el enemigo planeaba utilizar esas concentraciones en nuestro territorio”.
Blogueros militares rusos, entre ellos el destacado analista Valery Shiryaev, dijeron que Ucrania había usado vehículos blindados para cruzar la frontera y que, en respuesta, Rusia había desplegado batallones chechenos, soldados del ejército regular e infantería naval.
Tanto Rusia como Ucrania han tratado de asegurar y reforzar sus posiciones —en el campo de batalla y diplomáticamente— antes de que comiencen las próximas conversaciones mediadas por Estados Unidos en una fecha aún por determinar.
Las conversaciones mantenidas por enviados estadounidenses por separado con Ucrania y con Rusia esta semana en Arabia Saudita no han logrado cimentar un amplio acuerdo de alto al fuego. Y los compromisos contraídos por Moscú y Kiev para una tregua en el mar Negro venían acompañados de muchas salvedades y hasta ahora no han hecho nada para detener los ataques en esa zona.
En la región de Belgorod, las fuerzas ucranianas cruzaron la frontera el 18 de marzo y avanzaron hacia la aldea de Demidovka, según el Instituto para el Estudio de la Guerra, una organización de investigación con sede en Washington que analiza información de fuentes abiertas. Las fuerzas avanzaron posteriormente hacia otros tres asentamientos cercanos a la frontera, dijo la organización.
Pasi Paroinen, analista de Black Bird Group, con sede en Finlandia, dijo que varios videos verificados y geolocalizados por su organización mostraban a fuerzas ucranianas entrando en la región de Belgorod. Paroinen detalló que Ucrania logró “asegurar una zona de seguridad adecuada de terreno defendible y capturar varias aldeas a lo largo de la frontera en los primeros días de los ataques”, antes de que Rusia trajera refuerzos.
Un pueblo, Demidovka, parece estar ahora bajo control ucraniano, dijo.
Videos verificados por The New York Times confirman la presencia de personas con uniforme militar en la aldea de Demidovka, en la región de Belgorod. El Times no pudo confirmar que las personas que se veían en las imágenes pertenecieran a las fuerzas ucranianas.
El general de división Viktor Nazarov, ex asesor principal del Cuartel General del Estado Mayor de Ucrania, dijo que lo más probable es que Kiev esperara que la operación mejorara su posición negociadora al capturar más terreno ruso.
Las esperanzas similares de obtener concesiones tomando la región de Kursk se han desvanecido a medida que las fuerzas rusas han recuperado territorio, dijo Nazarov, que actualmente trabaja en la Alianza Internacional para la Preparación de los Recursos Humanos, un instituto de investigación.
Mykhailo Samus, director de la Red de Investigación independiente Nueva Geopolítica de Kiev, dijo que la operación parecía destinada a bloquear un posible ataque ruso contra Ucrania y a desviar las fuerzas rusas de otros frentes, así como a reforzar la posición de Ucrania en las conversaciones.
Samus dijo que la operación demostraría que “Ucrania actúa de manera proactiva y que los argumentos ucranianos deben tenerse en cuenta”.
Ivan Nechepurenko colaboró con reportería desde Tiflis, Georgia, Nataliia Novosolova desde Kiev, y Sanjana Varghese desde Londres.
Maria Varenikova cubre Ucrania y su guerra con Rusia. Más de Maria Varenikova