Aprovechando su impulso en el este de Ucrania, las fuerzas rusas han tomado el control de otra pequeña ciudad, según los expertos militares, dando un paso más en su afanosa ofensiva para conquistar toda la región de Donetsk.
Los mapas del campo de batalla elaborados por grupos independientes que analizan imágenes por satélite e imágenes de combate, muestran que la ciudad, Velyka Novosilka, ahora está bajo control ruso, y el Kremlin anunció su captura el domingo. El ejército ucraniano reconoció que se había retirado de la mayor parte de la ciudad, pero dijo que sus soldados mantenían una posición firme en las afueras del norte.
Aunque este avance es modesto comparado con la reciente toma de bastiones ucranianos cercanos como Vuhledar y Kurakhove, subraya la eficacia de una táctica que Moscú ha estado usando para tomar una ciudad tras otra en el este de Ucrania: utilizar su abrumadora ventaja de personal para atacar sin descanso, atrapando gradualmente a las fuerzas ucranianas en un movimiento de pinza y obligándolas a retroceder para evitar el cerco.
“Desde un punto de vista táctico, su estrategia fue correcta: comprendieron sus capacidades y ventajas y las utilizaron con eficacia”, dijo en una entrevista el mayor Ivan Sekach, oficial de prensa de la Brigada militar ucraniana 110, que ha estado defendiendo la zona. “No sería exacto afirmar que los rusos no saben luchar”.
El mayor Sekach dijo que los soldados ucranianos habían estado luchando con un río a sus espaldas que complicaba mucho las operaciones y añadió que, durante las dos últimas semanas, la munición y los alimentos habían tenido que ser entregados por drones.
“Los refuerzos de las tropas deben cruzar el río, lo que constituye una operación muy compleja”, dijo, señalando que Rusia “por supuesto era consciente de eso”.
Se espera que la ciudad, situada en un cruce de carreteras, mejore la logística de Rusia en la región, según los expertos, aunque su pequeño tamaño limita su potencial como base para futuras ofensivas.
También se están librando combates a unos 80 kilómetros al noreste, en Toretsk, una ciudad estratégica situada en lo alto de una colina que, según los expertos, ha caído en gran parte en manos de los soldados rusos. Su captura allanaría el camino para que Rusia avanzara sobre una serie de ciudades que forman el principal cinturón defensivo de Ucrania en el norte de Donetsk.
En una señal de los desafíos a los que se enfrentan los soldados ucranianos en el este, el presidente Volodímir Zelenski designó esta semana al general de división Mykhailo Drapatyi, comandante de las fuerzas terrestres de Ucrania, para que se hiciera cargo personalmente de las unidades que luchan en la región de Donetsk.
“Estas son las zonas más intensas de combate”, dijo Zelenski en un discurso pronunciado el domingo por la noche.
La toma de Velyka Novosilka, que antes de la guerra tenía una población de 5000 habitantes, fue posible en gran medida por la caída de Vuhledar en octubre. Ubicada en un terreno elevado a unos 32 kilómetros al este, Vuhledar era un eje de las defensas del sur de Donetsk en Ucrania. Su pérdida permitió que las fuerzas rusas avanzaran rápidamente hacia el oeste.
A mediados de enero, habían rodeado Velyka Novosilka, tomando dos asentamientos al norte y al sur y cortando todas las carreteras de acceso a la ciudad.
“Ya no tenía sentido tratar de aferrarse al lugar”, dijo Pasi Paroinen, experto militar del Black Bird Group, organización con sede en Finlandia que analiza las imágenes por satélite y el contenido de las redes sociales desde el campo de batalla.
Sin embargo, utilizando una táctica conocida pero discutida, las fuerzas ucranianas mantuvieron la ciudad durante otras dos semanas, arrastrando a los soldados rusos a un brutal combate urbano en un intento de infligir las máximas pérdidas antes de retirarse.
Sekach dijo que, en la lucha por la ciudad, Rusia había lanzado implacables asaltos de infantería a pequeña escala, enviando grupos de unos cinco soldados cada hora que se movían al abrigo de las líneas de árboles, lo que dificultaba su detección y su ataque con drones. Cuando llegaban a los edificios, se refugiaban en los sótanos.
“Nuestros drones y nuestra artillería trabajaron para eliminarlos, pero los drones no pueden destruir completamente los sótanos, y la artillería a menudo requiere múltiples intentos para dar en el blanco con precisión”, dijo.
Añadió que para contrarrestar la toma gradual de edificios por parte de Rusia habría sido necesario enviar más soldados de sus unidades, pero carecían de personal porque las tropas rusas en la ciudad superaban en número a las ucranianas hasta en tres a uno.
Sekach dijo que las fuerzas ucranianas habían logrado retirarse al amparo de la niebla, evitando bajas importantes o la rendición. Pero Paroinen puso en duda esa afirmación, señalando que los soldados habrían tenido que cruzar un río sin puentes y atravesar al menos un kilómetro y medio de llanuras inundadas para escapar.
“Casi no había forma de retirarse de allí”, dijo, y añadió que era posible que varios centenares de soldados ucranianos hubieran muerto o hayan sido capturados en el proceso.
Paroinen dijo que esperaba que ahora las fuerzas rusas avanzaran hacia el norte, hacia una carretera clave que abastece a las unidades ucranianas de la zona.
Daria Mitiuk colaboró con la reportería.
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